Autogenocidio
La inmanecia crece como fusión nuclear. Isótopos lucidantes que producen una reacción que me lleva a la periferia de las normas establecidas o desbiación de las mismas. Holocausto de mi propio yo, genocidio de mi metafísica como si del síndrome de Lesch Nyan se tratase. Me aburro, desfallezco y dejo de escribir.
Ovejas
Mentes hipocondriacas se disuelven entre las masas con el único criterio que el de las neuronas espejo entretenidas con el va y ven de las dícteras de verano, famélicas por la ausencia de la materia fecal. Dialéctica vacia, simulacro.
Crónicas de un paraiso
Tálpidos sin cabeza, sin columna bertebral, indiscretos. Ciegos qe no ven desprovisto del proceso homeoestático en vida. Vidas Hipogeas en la superficie de un hombre solo. Ratas pardas en el paraiso ejerciendo como peso muero de caida al aberno. Como perros famélicos, sarnosos esperando la caida del hueso de mi propia pierna, la pierna del fonanbulista.
Reflejos
Peces en un anzuelo, memoria que te lanza una y otra vez. Poesía para una mosca yonki que nunca se sacia de la luz ultravioleta. Enfermos posesos, zombies que circulan en proseción a ninguna parte orinando en su propia boca buscando un bucle infinito, representación de lo finito, de lo efímero de cuanto eres. Si vas, recuerda, no olvides, porque recordar es mucho más psicótico que olvidar.
Yo también
Venturas desidiosas para decapitados que hablan con la lengua de otros. Simulacro de una masturvación, eyaculación que nunca llega. El hastio de las vidas ajenas con un sólo epitafio ¨Yo también¨.
Memorias Agenas
Hombres sin extremidades ruedan por la loma de la colina orinándose y defecándose encima dejando tras de si un rastro que hablará de ellos.
Efrén Budoh Blanco.